Capitulo 17

La verdad, al empezar a escribir lo que pasó hoy terminé por crearme una erección, pero al seguir con este último tema quedé bajoneado. ¿Que le bajó todo? ¿Qué le pasa? Siento que no lo conozco nada, que no soy importante en su vida.
Tengo envidia de Eliza. ¿Por qué a ella le cuenta todo? No creo que a ella le oculte cosas tan notoriamente como lo hace conmigo..
Meduele, se supone que él confía en mí.. No me siento especial, para nada. Y, ¿quién lo habrá llamado? Tengo curiosidad, no celos amorosos. Y también me siento mal por haberlo presionado tanto..

Arg.. sólo quiero verlo mañana ♥


Miércoles 22 de Abril.

Primer recreo: No lo ví.
Segundo recreo: Tampoco subió al tercer piso.
Tercer recreo: No estuve atento, me quedé con Bert y Jimmy.

Hora de colación: Si lo ví.

Después de diez minutos de haber sonado el timbre, lo ví subir con Eliza y Jared. Entraron al patio y al verme los dejó solos y me fue a buscar. Yo estaba acompañando a los chicos mientras almorzaban, asi que dejarlos e irme con Gerard no fue ninguna molestia.
Caminamos hasta el otro patio en silencio y nos acomodamos en un discreto lugar tras las escaleras. Él se sentó al rincón y me tomó una mano.

-¿Por qué no subiste en los otros recreos?
-Estuve con Eliza el primero, en el segundo me quedé haciendo una prueba y después no quize subir.
-¿Por qué?
-No te iba a poder contar nada en apenas quince minutos.
-¿O sea que me hablarás de todo? -una pequeña sonrisa se dibujó en mi cara.
-Sí -me besó la mejilla y suspiró- preguntame lo que quieras.
-Mmm.. una vez me dijiste que no tenías muchos amigos antes de llegar aqui. Cuentame de eso.
-¿Sí? Ah.. ¿Pero qué tiene que ver esto con la llamada de ayer?
-Ya te preguntaré de eso.
-Bueno.. -surpiró- eh.. ¡no puedo!
-¿Por qué? -pregunté con delicadeza.
-Porque me da vergüenza -admitió.
-Pero Gee, confia en mi.

Agachó la cabeza y no dijo nada.

-Gerard -reproché- ¿Por qué a Eliza..?
-Noo.. -dijo tomando su cabeza- No quiero que te sientas mal por ella..
-Pero entonces dime.
-Es que a Eliza no tengo que impresionarla.. da lo mismo si le cuento algo porque con ella no me interesa quedar bien.. No es que haya hecho cosas malas, es que.. -hizo una pausa- eso.
-Tú crees que me dejarás de gustar si me cuentas tu vida? -reí- tontito, piensas mal.
-Es que me da vergüenza.

Insistí hasta que por fin abrió la boca.
En la básica era gordo! Nunca me lo imaginé (ahora está exquisitamente en forma). Se lo pasaba en el sótano de su casa, (dibujando) porque veia muertos en las calles. A los 12 años le gustó mucho una chica y tiempo después (le seguía gustando) andaban rondando fotos de ella con su novio por todo el colegio.

-Fue horrible, en serio, maldita puta -rió- desde quie vi sus fotos semidesnuda comenzé a escribir. Aún escribo -sonrió.
-¿Y todavía dibujas, cierto? -pregunté recordando los dibujos que vi en su habitación aquella primera vez.
-Sí, escribir y dibujar son una terapia para mi. Mi ex psicologo me dijo que estaba bien que lo hiciera.
-¿Psicólogo?
-Ex psicólogo. Mi última cita fue ese jueves en que te dije que me retirarian para ir al doctor.
-¿Y desde cuando vas.. o sea ibas?
-Desde los trece, mi mamá encontró un dibujo de vampiros en mi pieza y le pareció un especie de arte muy frío y oscuro. La verdad si necesitaba un terapeuta, me ayudó mucho hasta que cumplí quince, y después seguí llendo porque el tipo es realmente genial y disfrutaba su compañia.
-¿Y por qué dejaste de ir?-Porque mi vieja me dijo que ya era suficiente, que no pensaba seguir pagando algo ya inutil.
-Ah.. oye; ¿Cuando cumpliste quince?
-El año pasado -rió- ya tengo 16.
-¿Qué? ¿Y cuando estás de cumple?
-Te vas a enojar -predijo- estuve el nueve.
-¿Cómo el nueve? ¿De este mes? -me quedé paralizado.
-Sí -dijo timidamente.
-Ese día.. tú faltaste a clases! fue un jueves, y el viernes siguiente cuando te pregunté por tu ausencia me dijiste que te habías quedado dormido! -exclamé enojado.
-Ay, no creas que hice mis super dulces diesciseis en Florida.. salí con mi hermano, y sólo Eliza me fue a ver porque dije que no estaría en casa.. sí, soy culpable; soy un antisocial. -miró mi cara- ¿Perdón? -suplicó mordiendose el labio.
-Ya, sí, tendrás tus razones para no haberme avisado, no sé. Sigue hablando.

Me abrazó con fuerza y me besó el cuello. Aún en esa posición, susurró un 'te quiero mucho' y cuando volvió a sentarse me sonrió.