Mi último recuerdo de la noche consiste en verme tirando un joystick lejos, y todos abucheando porque yo era muy malo para jugar. Retumbaban sus risas en mis oídos y el suelo me invitaba constantemente a reposar en él. Me senté en una silla, tomé de un vaso -no sé qué- y conté un chiste tan bueno que todos me celebraron y me fueron a abrazar, dar besitos y cosas por el estilo. Yo ya no podía más, anuncié mi retiro al baño y me largué. Uno de los chicos me siguió, me dijo que cuando me sintiera bien volviera a celebrar por no sé qué mierda. No respondí nada, apuré el paso y llegué al inodoro justo a tiempo para vomitar. Me quedé dormido un rato, y Quinn me fue a despertar.
-¡Pero vieja! Levantaos y seguid alumbrando nuestras vidas. Despierta, loco.
-Mm...
-Gerard, ¿cómo te sientes?
-Si me tomé como seis vasos... todos cagados... Qué chucha.
-Ni cagando te tomaste seis -soltó una carcajada-, ya, hueón, vamos.
Me tomó, me llevó al lavabo para que me limpiara la cara y boca y partimos de nuevo. Yo me encontraba mejor, pero mejor específicamente en el sentido de que ya no tenía náuseas, porque las paredes seguían bailando y los colores se fundían unos con otros tan como lo hacían antes de ir al baño.
Frank tocaba guitarra y todos cantaban. Yo igual canté, pero al parecer puros garabatos, porque se rieron de mí y Frankie se acercó a mí y me dijo que me aprendiera las canciones antes de cantar. "¿O estás demasiado borracho como para pensar?".
Desperté en mi cama, con polera y boxers; Frank a mi lado, en las mismas condiciones. Para darme cuenta que él estaba junto a mí tuve que voltear mi cabeza, y se imaginarán cuánto dolió eso. La peor caña de la vida. Emití un silencioso gruñido e intenté seguir durmiendo, pero mis débiles cortinas dejaban pasar la luz solar como un colador al agua. El dolor que ésta me producía no me dejaría conciliar el sueño.
-Frank -susurré.
Se despertó de inmediato. Abrió los ojos como asustado, algo que me causó gracia debido a lo bajo que hablé. No dijo nada, sólo se quedó mirándome.
-¿Pasó algo?
-No, sólo te quería despertar.
-No, no. Digo, ¿pasó algo? -reiteró al tiempo que se miraba a sí mismo y luego paseaba sus ojos por mi cara, curioso.